martes, 8 de septiembre de 2015

PARA MÍ.




Yo soy arena blanca, arena de playa virgen,
De playa solitaria y lejana…
Que vive en el pensamiento de aquel que no me engaña…
Tú eres Viento y yo arena, pasas sobre mí,
Acariciándome suavemente hasta la vena…
Transportándome de un lado a otro,
Haciendo que por momentos, sea remolino revoltoso…
Y yo, sin poner resistencia, me dejo arrastrar,
A veces parece que juegas conmigo,
Haciéndome creer que puedes volar…
Mientras tanto escucho tu voz, que va contando,
Como voy brillando, cuando los rayos del sol
Empiezan a alumbrar y como el agua cristalina del mar,
Va y viene hacia mí, sin pausar…
Me susurras lo lindo del amanecer,
Lo despejado y azul que hoy está el cielo
Como si hubiera sido pintado con esmero…
Y aunque frecuentemente    siento
Que me estoy quemando,
Tú, incansablemente, me vas refrescando…
Pasan las horas, y aún no te puedo ver,
Pero te siento todo el tiempo
Adentro de mí ser…
De repente escucho que el sol se está escondiendo,
Que la oscuridad de la noche
Nos está envolviendo,
Temerosa  pregunto si tú también te irás,
Rápidamente respondes que nunca me abandonarás…
Y es así como me cuentas que aunque el sol
Nos deje por un momento, aparecen las
Estrellas en el firmamento…
Dices que no tenga miedo
Que siempre habrá “algo” que me alumbrará,
Que ésta arena blanca no debe dejar de brillar,
Pero escúchame ¡
Yo no quiero brillar,
Yo lo que quiero es soñar
Que el viento y la arena,
En algún momento
Solos se han de quedar…
Entonces sólo allí, en esa playa solitaria y lejana,
Fuera de murmuros y miradas extrañas,
Que no comprenden,
Que al fin esta arena blanca      ama.
Decidirás  moldearme y harás de mí un castillo
Donde tú serás, mi único Rey cautivo.
           

Autora: Reina.